La adrenalina jugó un papel crucial en la trágica decisión
En un desgarrador relato, Jhon Jairo Patiño, uno de los cuidadores que estuvo presente en el operativo para capturar a los chimpancés que escaparon del Bioparque Ukumarí en Pereira, ha revelado las circunstancias que llevaron al sacrificio de los animales.
Patiño, con más de 15 años de experiencia en el cuidado de los animales del Bioparque, estuvo desde el primer momento cuando se alertó a las autoridades sobre la fuga de los chimpancés, Chita y Pancho. Explica que, aunque intentaron sedar a los animales con dardos tranquilizantes, estos no surtieron el efecto deseado debido a los altos niveles de adrenalina y excitación que los animales presentaban.
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«La hembra en ese momento procede a, literalmente, atacar al grupo, entonces es necesario la neutralización porque, como estaba oscuro, no había forma de sedarla, porque ya era (un enfrentamiento) cuerpo a cuerpo”, resalta Patiño.
El cuidador también relató cómo Pancho abandonó el Bioparque y se dirigió a una zona boscosa. Dos grupos de búsqueda se formaron para encontrar al macho, que había llegado hasta el Parque Consotá, una zona turística, donde fue grabado por algunos residentes.
“En el momento que vamos hacia el punto, yo oí una voz de alerta porque el personal va a salir de la cabaña. Entonces, al momento de cruzar una polisombra, me encuentro de frente con el animal, en un cuerpo a cuerpo. El animal me ataca y pues cabe aclarar que estos animales pueden tener la fuerza de 6, 7 hombres”, cuenta Patiño.
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Las autoridades se movilizan tras el polémico sacrificio de los chimpancés
Este caso ha llamado la atención de varias entidades de control. La Procuraduría, la Corporación Autónoma Regional de Risaralda (Carder), la Personería y la Fiscalía Militar y Policial ya han iniciado las respectivas investigaciones. Por su parte, el Bioparque asegura que siguieron los protocolos internacionales y atribuye la fuga a una falla humana.
El caso de Chita y Pancho ha resaltado la complejidad del manejo de animales en cautiverio y la necesidad de mejorar los protocolos y condiciones para garantizar la seguridad y el bienestar tanto de los animales como de los cuidadores y del público en general. Este incidente nos obliga a reconsiderar las prácticas actuales y a buscar soluciones que protejan a todos los involucrados.
