El pasado sábado se llevaron a cabo las honras fúnebres del patrullero de la Policía Nacional, Andrés Idárraga, quien perdió la vida en un atentado terrorista en Tibú, Norte de Santander. El ELN se adjudicó el hecho que también dejó a otros cuatro uniformados heridos.
Las exequias se realizaron en el centro religioso de la Policía Nacional, ubicado en el norte de la capital del país. Familiares, amigos y compañeros del patrullero de 37 años se acercaron para despedirlo.
Después de la eucaristía, la familia del uniformado recibió una rosa y el pabellón nacional, además de las condolencias por parte del subdirector de la Policía, el general Tito Yesid Castellanos. El alto oficial afirmó que las investigaciones del incidente aún están en curso y se está siguiendo una línea investigativa sólida para determinar los responsables.
«Es un evento triste y desafortunado que enluta a dos familias, una santandereana y otra bogotana. Hoy estamos despidiendo a dos héroes de Colombia que entregaron su vida por la seguridad ciudadana. Además, tenemos a cuatro jóvenes que se están recuperando de un atentado terrorista en las inmediaciones del municipio de Tibú», agregó el subdirector de la institución.
Es importante recordar que el ELN se atribuyó el ataque a través de un comunicado, alegando que fue en respuesta a las «intimidaciones» por parte de la Policía y el Ejército en sus operaciones militares. El gobierno nacional está siendo instado a explicar al pueblo de la frontera el tipo de operaciones que están llevando a cabo los organismos de seguridad y que presuntamente atentan contra los derechos humanos, según se mencionó en el comunicado.
Este trágico incidente ha generado consternación y ha puesto de manifiesto una vez más los desafíos en materia de seguridad que enfrenta el país.
